Me gusta dar abrazos, me gusta ver a todos sonreír. No me gusta la falsedad, ni las mentiras. Odio a las personas que piensan que son superiores a los demás o que creen que con un chasquido de dedos tendrán todo hecho. Siempre me ha gustado luchar por lo que quiero y me he encontrado con muchos obstáculos que no pude derribar, piedras que me hicieron tropezar y personas que me dificultaron el paso.

Tengo mis defectos, como todos los demás. No soy perfecto, no hay nadie que lo sea. Me falla que a veces mido mucho las palabras y no llegó a decir lo que realmente pienso. Recibo chistes de mal gusto y en el momento equivocado. Esa terquedad que tengo me falla. Me falla que, a veces, no sé cuál es el momento adecuado para pedir perdón y a veces ni siquiera me atrevo o no viene de dentro. Y muchas otras cosas.